miércoles, 17 de marzo de 2010

Y PORQUE NO UNA NUEVA CONSTITUCION EN MEXICO??

Es necesaria una Nueva Constitución Mexicana? Una discusión indudable, se esté o no de acuerdo de su necesidad, muchos reconocen que actualmente es una mera recopilación de remiendos que la alejaron del espíritu del texto original.

La población está leyendo con inquietud el preámbulo del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, y unos años después, la Nación festejará el propio centenario de la Constitución de 1917; un momento coyuntural trascendental, donde únicamente la reflexión inteligente y serena podrá dar sus mejores frutos en bien del país, se impone, pues, la necesidad de una nueva forma de hacer política.

La necesidad del debate sobre la constitución es una de sus responsabilidades ineludibles.. Es obvio que los foros, conferencias, seminarios, y demás actividades de estudio, difusión y discusión, deben ser abiertos, permitiendo la participación de la ciudadanía en general, y de los diferentes sectores de la población.

Las propuestas de crear una nueva Constitución, que se han reproducido cada vez con más insistencia en los últimos años, dividen las opiniones de políticos e integrantes de la Corte, y desatan acaloradas y apasionadas discusiones entre los abogados, pero hay un punto que parece generar consenso:

Siendo realistas, no existen las condiciones para crear una nueva Carta Magna, por lo menos no en el corto plazo.

En todo caso, la opción más viable, que se avizora más cercana, es la que plantean las voces que coinciden en reformar de manera parcial y no total a la Constitución. Pero aun así, ni esto se estima posible en lo inmediato, por todo el cúmulo de acuerdos y consensos que se requerirían.

La Constitución es una carta abierta al cambio. "Por un lado, todavía hace falta delinear de forma completa el significado y alcance del texto constitucional; una parte significativa de su contenido aún no ha sido analizado y explorado en su totalidad.

Los investigadores del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés y Miguel Carbonell, antes que pensar en una nueva Constitución, en el futuro inmediato lo que se debe hacer es desentrañar el alcance de la Carta Magna, en los puntos en los que ha sido muy poco explorada.

Dichos cambios deberían realizarse a través de la convocatoria a un nuevo Congreso Constituyente; para otros las modificaciones necesarias pueden ser realizadas a través de la vía de las reformas constitucionales previsto en nuestro artículo 135 vigente.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es el máximo intérprete de la Carta Magna y en opinión de la ministra de este alto tribunal, Olga Sánchez Cordero, "si bien es cierto (que) nuestro texto constitucional no refleja ya, en mucho, la realidad política, económica y social que vivimos actualmente, nuestra Constitución ha dado respuesta incluso a los cambios actuales; pero no se puede descartar un nuevo texto que dé respuestas a la realidad del México de hoy".

Con motivo de la consulta que realizó la Corte para recabar propuestas de reforma , el constitucionalista Elisur Arteaga hizo una en el sentido de establecer candados para no crear una nueva Constitución y sólo permitir cambios parciales en casos extremos.

La Constitución actual -destaca- no se ha aplicado; no se respeta su texto; un gobierno antidemocrático, corrupto y de partido oficial, lo ha impedido y lo seguirá impidiendo; él no la cumple y no tiene autoridad para exigir a los particulares su cumplimiento.

Pero de esto a que sea necesaria una nueva Constitución, hay mucha distancia. Todo apunta que el problema está en otra parte, y la solución no es la expedición de una nueva carta.

Mientras el actual estado de cosas no cambie, no tiene objeto pensar en dar una Constitución; se cambiaría algo que ha llegado a tener una general aceptación, para que todo siga igual

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