viernes, 30 de abril de 2010

Los actores globales

Las naciones y los estados juegan un papel cada vez menos relevante en el escenario global. Crisis financieras, terrorismo global, cambio climático... Son solo algunos ejemplos de problemas complejos que superan las fronteras políticas y ante los que los estados y las organizaciones supranacionales demuestran día a día escasa capacidad de respuesta eficaz. Siguen ocupando los espacios y los tiempos de los medios tradicionales, aquellos que nacieron y vivieron su ya larga vida a la sombra protectora del poder político nacional, al que a su vez proporcionaban sombra. Pero ahora estos medios están en crisis y esa política está en crisis.

¿Casualidad? Más bien una espiral que ahoga estos compañeros inseparables, los poderes duros y los poderes blandos más tradicionales. Como consecuencia, ¿estamos condenados a un futuro caótico y apocalíptico?, ¿o surgirán nuevos actores mejor adaptados y capaces de gobernar de modo eficaz en el contexto contemporáneo?
El futuro no está predeterminado pero parece que para muchos las ciudades podrían ser esos nuevos actores y la principal esperanza de solución a los desafíos globales. Como planteaba hace un tiempo:

Las modernas instituciones supranacionales, desde la Unión Europea a Naciones Unidas, son víctimas de su enorme maquinaria burocrática y sus procesos de toma de decisiones, basados en la necesidad de consenso y de difíciles equilibrios nacionales casi siempre poco justificables ante la ciudadanía. Por su parte, los estados nación sufren una paulatina obsolescencia, al estar cada vez más limitados en su capacidad para tomar decisiones efectivas en la vida de los ciudadanos. Los estados legislan sobre un espacio nacional cada vez más ficticio frente a una nueva realidad basada en flujos (humanos, financieros, o de conocimiento) que desbordan continuamente estos límites nacionales...

En este escenario, las ciudades, que casi no legislan, gestionan y se perciben por muchos ciudadanos como las únicas instituciones públicas que realmente afectan a sus vidas, en lo positivo y en lo negativo. Las viejas ciudades representan un nuevo mundo urbano y abierto, en que los estados se han sustituido en buena medida por los mercados y el poder duro, fuerte pero restringido, por el poder blando, difuso pero extenso. Pero al tiempo, las ciudades, como entidades locales, se enfrentan a un mundo global, donde se están convirtiendo en actores emergentes. Muchas grandes ciudades empiezan a colaborar y enfrentarse a problemas globales practicando una forma de gobierno blando basado en un nuevo federalismo global.


El "hombre moderno" ignora y desafía las estructuras jerárquicas siendo más pragmático y crítico con los expertos, los medios, las autoridades y las instituciones, es capaz de dotarse de una visión global personal, siente la necesidad de crear una identidad propia, recibe más información que nunca antes pero al tiempo tiene una perspectiva menos profunda del mundo, e incrementa su grado de conexión social y su empoderamiento por la tecnología (pasa de consumidor pasivo a usuario activo). Esta "erupción volcánica" parece capaz de destruir (o al menos alterar su naturaleza más íntima) de las, hasta el momento, "rocas consolidadas", la organizaciones que dominaban el escenario. En esta erupción aflora un magma de relaciones y actitudes flexibles y ajenas a reglas y formalismos.

El catálogo es diverso: desde Naciones Unidas a las empresas, pasando por diferentes instituciones y grupos sociales. Puede resultar instructivo realizar el ejercicio de predecir qué organizaciones están destinadas a la extinción o por el contrario se revitalizarán en el futuro próximo. Entre ellas, por supuesto, se encuentran las ciudades. Quizás éstas sean las mayores beneficiadas de este periodo de turbulencias. Eso indican al menos diversas evidencias.

Pero, no solo las ciudades serán parte del sistema de micropoderes. Las nuevas empresas, eminentemente urbanas y basadas en la organización en red, juegan papeles cada vez más relevantes y no solo en el ámbito económico. Muchas empresas y grupos empresariales actúan ya como actores políticos y organizaciones sociales.
las viejas ciudades-estado , serán empresas las nuevas corporativas en un mundo posnacional.

Las multinacionales se reorganizarán en ámbitos lingüísticos y culturales para pasar a ser verdaderas transnacionales, ofreciendo a sus trabajadores carreras que en cada nivel se desarrollarán en países y continentes distintos. En esa lógica irán incorporando mecanismos de participación, seguros "sociales", etc. Las grandes empresas de cara a su interior, se parecerán un poco más a "estados del bienestar... o a dictaduras. "

domingo, 25 de abril de 2010

Ley Anti inmigrantes y donde esta Obama? si alguien sabe aviseme

La nueva ley en Arizona que obliga a funcionarios públicos a denunciar a un inmigrante indocumentado que solicita un beneficio podría resultar en que muchos niños estadounidenses se queden sin servicios, según lo publicado en la página web news.newamericamedia.org.

Lideres religiosos, activistas y directivos de organizaciones sin fines de lucro han estado informado a través de la radio en español sobre el impacto de la ley que entró en vigor.

La ley exige que los empleados del estado o de cualquier dependencia del gobierno que recibe fondos estatales denuncien a un inmigrante indocumentado que solicite un beneficio público. Esto incluye situaciones en las que un inmigrante solicita beneficios para sus hijos aunque estos sean ciudadanos estadounidenses, advierten activistas.

Los trabajadores del gobierno pueden enfrentar hasta cuatro meses en la cárcel de no comparecer con las nuevas regulaciones. Por otra parte, los contribuyentes del estado pueden demandar a una ciudad, pueblo u agencia gubernamental si consideran que la ley no se está aplicando apropiadamente.

Aunque la ley no niega el acceso a un beneficio a los niños ciudadanos que son hijos de un indocumentado, puede requerir que un trabajador social denuncie a los padres si estos mismos comentan casualmente que no tienen documentos.

Arizona ha sido considerado como un laboratorio a nivel nacional para la creación de leyes antiinmigrantes impulsadas por los republicanos. Las leyes incluyen desde la prohibición de becas para estudiantes indocumentados en las universidades, hasta la negación del derecho a una fianza.

La demanda de la poblacion tuvo éxito porque la ley se implementara de la forma que se esperaba. El impacto de la Proposición se vera reducido a sólo cinco programas básicos por interpretación.

A pesar de las limitaciones la Proposición generó temor en las familias inmigrantes que no se atrevieron a solicitar servicios médicos de emergencia o a solicitar –por ejemplo- asistencia para el cuidado prenatal de embarazadas.

Muchos activistas comunitarios temen que la historia vuela a repetirse y que la ley alimente un clima antiinmigrante en el estado.

El Departamento de Seguridad Económica de Arizona (DES) es una de las agencias que ya ha puesto la ley en efecto. No se ha respondido a cuestionamientos sobre su interpretación, ni qué medidas serán puestas en efecto – o no- para asegurar que un padre indocumentado puede iniciar una solicitud de servicios para sus hijos sin enfrentar una denuncia.

Pese al temor y confusión, el futuro se encuentra sobre la cuerda floja. La Corte Suprema de Arizona puede congelar su implementación en respuesta a una demanda de la Liga de Ciudades y Pueblos de Arizona.

La asociación que representa a noventa ciudades y pueblos no cuestiona el contenido de la ley, sino la forma en la que fue creada. De acuerdo a los demandantes es inconstitucional porque se creó sin contemplar la opinión pública, dentro de un paquete y no individualmente. Al igual que no se relaciona con el motivo por el que el estado llamó a una sesión especial: el déficit presupuestal.

Y yo después de esta nota me pregunto y donde esta Obama y sus promesas que dijo en su campaña, al parecer estamos como siempre en la misma situación que hace muchos años con Estados Unidos.

Todos nos veíamos con la esperanza que con este nuevo presidente por ser negro y en defensa s los derechos de las personas en particular al racismo seria mas fácil que apoyaron a otro grupo vulnerable como lo son los latinos.

Se acuerdan de la película un día sin mexicanos, de verdad creo que no se han dado cuenta de la trascendencia que tiene los latinos en Estados Unidos y en lugar de crear una nueva generación de derechos para protegerlos que hacen cada vez quedan mas aislados para que esto suceda.

Creo que de verdad esto nunca va cambiar por mas promesas que existan de presidentes estadunidenses a ellos lo único que les importa es seguir siendo una de las primeras potencias mundiales así tenga que explotar y cada vez mas adueñarse del mundo, así que no nos queda mas que ilusionarnos como siempre con palabras y esperar que algún día esto se haga realidad.

Posmodernidad y sus caracteristicas

Llegar a un concepto o definición de lo que es la posmodernidad ha sido motivo de discusión en los círculos académicos. En principio porque uno de los rasgos —quizás el más sobresaliente—, es esa imposibilidad de definirla, de encasillarla en una terminología y de sistematizarla, porque es eso precisamente lo que falta en esta era: un orden, un sistema, una totalidad, valga la redundancia, unidad.
El concepto implica necesariamente diferencia en el sentido más amplio de la palabra. Ello quiere decir que, lejos de lograr una identidad posmoderna —en otras palabras, que se apunte a un tipo de vida o forma de ser determinados—, lo posmoderno sería aquello donde caben una infinidad de identidades, todas ellas diferentes.

El hombre posmoderno no puede definirse como se definía al moderno; como aquel que proclamaba el triunfo de la razón y la ciencia, y que rechazaba la Edad Media y la religión por ser símbolos de estancamiento y atraso. El hombre posmoderno no se define por nada en particular. Ésta es la era en donde todo se vale, y de ahí que todo sea relativo.
Aunque es difícil encontrar definiciones exactas, es más fácil encontrar características que nos ayuden a comprender qué es la posmodernidad.

a) Diferencia
Quizás uno de los conceptos que más resaltan en este tema es el de la diferencia, entendida como una multiplicidad de identidades culturales o realidades que existen en nuestro planeta y que cobran voz a través de las comunicaciones haciéndonos partícipes de su existencia. Este reconocimiento de las diferencias genera una conciencia en nosotros mismos de que somos una entre muchas culturas. A esto podemos llamarlo pluralidad.

b) Pluralidad
La pluralidad, aunque es una idea muy similar a la idea de la diferencia, se distingue de ésta en que aquélla denota una cierta actitud ante la vida, una voluntad política que no se queda en la aceptación o reconocimiento de lo otro como diferente, sino que pretende una comunicación con esta alteridad , una coexistencia y voluntad para compartir un mundo en común. La pluralidad denota una multiplicidad de racionalidades: ya no se va a pensar en una razón universal unificadora sino en muchas racionalidades, y en muchas maneras de ver y vivir el mundo.

c) Relativismo
Al aceptar las diferencias y vivir en un mundo plural es inevitable caer en un relativismo; si no hay una razón unificadora de valores y conocimientos, lo que cada quien crea será válido según la cultura o la realidad en que se viva. Esto de alguna manera genera un vacío de ideales en el que no existe un modelo de perfección humana, un tipo ideal. El relativismo se opone así al universalismo, que plantea como tal una escala de valores universales que no tienen lugar en la sociedad plural.

d) Comunicación en masa
En palabras del filósofo Gianni Vattimo (uno de los pensadores más importantes de la posmodernidad), los medios de comunicación masiva son el principal factor de la sociedad posmoderna. Éstos han convertido al mundo en un lugar más complejo; se encargan de mostrar las diferentes realidades, las múltiples identidades en toda su individualidad y peculiaridad; pero también nos muestran irrealidades o, en otras palabras, realidades artificiales, a veces producto de la imaginación de todos aquellos que participan en y de estos medios.

En un mundo donde la comunicación rompe todas las fronteras, en donde podemos conocer a través del internet, el cine y la televisión, culturas y diferencias que en otros tiempos habrían sido impensables y ajenas a nuestra realidad, el sentido de la historia y de la razón se ve alterado de manera definitiva.
El reconocer la diferencia, en otras palabras, el hecho de reconocer en los otros lo que nos es ajeno, lo que no compartimos con una determinada cultura y manera de ver el mundo, nos afirma por un lado en nuestra identidad; es decir, en lo que sí somos (nuestro lenguaje, religión, costumbres, ideología, etcétera). Pero también nos pone a pensar acerca de todo lo que podríamos ser.

Las guerras de la era posmoderna se han caracterizado por ser guerras de civilizaciones, cuyo argumento es religioso, nacionalista, racista. Esto nos lleva a la última y, quizá, más importante de las características de la posmodernidad que es el vacío de ideologías.

e) Vacío de ideologías
Tal vez lo que más destaca de este fin de la modernidad o de la historia es que no hay ideologías. Como consecuencia del relativismo, de la pluralidad, del reconocimiento de la diferencia y de la comunicación en masa y del mundo en el que “todo se vale”, se acaban las ideologías (por lo menos en el sentido en el que estábamos acostumbrados en la modernidad): como un sistema ordenado de ideas. Donde surgen y tienen cabida muchas maneras de pensar se acaba lo que conocemos como mentalidad, es decir un conjunto de valores e ideas compartidas con un grupo de personas dentro de una sociedad.

domingo, 18 de abril de 2010

THE CORPORATION Y EL SISTEMA NEO LIBERAL

Hace algunos pocos cientos años las corporaciones eran entidades prácticamente insignificantes. Sólo existían con fines limitados y concretos. Muchas eran similares a las actuales ONGs.

Sin embargo, algo cambió y desde el siglo XVII en Europa, algo después en América, por ganar dinero las convirtió en verdaderos gigantes. Hoy en día las empresas son tan grandes y poderosas como muchos gobiernos del mundo o incluso más.

Igual que en su día lo fueron la Iglesia, la Monarquía o el Partido Comunista en diversas épocas y lugares. Este documental explora cómo se ha llegado a la situación actual analizando desde su origen qué es una corporación, cómo funciona realmente, por qué actúa como actúa y cuáles son los efectos de sus acciones sobre el mundo real para realizar este análisis los autores dividen en tres horas el documental, tratando temas bien distintos pero interelacionados.

La corporación es una creación artificial, una figura puramente legal que otorga a una entidad la práctica totalidad de derechos que tienen las personas: poseer, comprar, vender, pleitear y muchos más. Pero al mismo tiempo, libera a la entidad de muchas obligaciones. Y, especialmente, actúa como aislante legal para las personas que la gobiernan. La única obligación de una corporación es generar beneficios para los dueños.


También se describe cómo están influyendo las corporaciones en la sociedad y el planeta, tanto en el sentido medio ambiente como en las personas y su comporamiento como individuos y como diversos grupos. Se analizan algunos casos sobre cómo ciertos bienes públicos ahora no son tan públicos, o cómo ciertas empresas subsidiadas por el bien común son privatizadas.

Hay una sección interesante sobre cómo las empresas enfocan la publicidad para influenciar a la sociedad.

En la última parte del documental es la que aboga más por el activismo, explicando el problema de las privatizaciones (tomando como ejemplo el suministro de agua en Bolivia) y ahondando en algunos otros ejemplos como la relación entre las empresas y la sociedad muchas veces es inhumana.

La lista de empresas condenadas y multadas con cientos de millones de dólares por malas prácticas es también curiosa y extensa, no deja títere con cabeza.

El final del documental reclama que sea la gente corriente quien recupere el control del mundo frente a las corporaciones.

Es irónico, cierra el documental explicando por qué son corporaciones quienes le permiten a él hacer sus películas-denuncia sobre las corporaciones y el capitalismo: sencillamente porque de ese modo esas corporaciones ganan mucho dinero con ello.

Es un documental que nos acerca al problema que está surgiendo a medida que las corporaciones se van haciendo más grandes.
Estas corporaciones, prácticamente, están tomando vida y sin embargo, como personas “jurídicas” que son, carecen de moralidad y empieza a resultar difícil combatir con los problemas que generan, independientemente de que se intenten solucionar desde dentro o desde fuera.

Me preocupa la creciente separación de clases entre los que dirigen el mundo y los que lo habitamos, y más allá de las abisales y crecientes diferencias económicas la clarísima impunidad legal en la que se mueven. ¿Una nueva aristocracia?, ¿vamos camino de un neofeudalismo?.

Todos debemos de tomar conciencia de las corporaciones y el sistema neoliberal que se esta haciendo a nivel mundial que cada vez se hace más grande y nos va opacando poco a poco porque me queda muy claro que es lo primordial en este momento en nuestro mundo, además de el daño que nos hacen a nosotros miembros de la sociedad actual con los mismos derechos y sin mas beneficios siempre tratando de salir adelante con lo que tenemos

ESTADO IDEAL = A UTOPIA


Las tendencias ideológicas que han marcado el pensamiento utópico de la historia de la humanidad, la única conclusión realmente cierta a la que he podido llegar es que, la filosofía política y los sueños del idealismo social, son tan complejos y relativos que resulta imposible deducir verdades axiomáticas de sus entrañas.
Con esto, no muestro mi oposición a estos ideales, ni pretendo desengañar a todos aquellos que, alguna vez, depositaron sus esperanzas en el sueño de una sociedad mejor, simplemente expreso mi convencimiento ante la imposibilidad práctica del pensamiento utópico, creyéndome así en el deber de advertir sobre sus peligros y vanidades.

La utopía es por definición irrealizable, pues su instauración requiere de estructuras perfectas y la perfección es sencillamente ilusoria. Es por tanto una meta y no una realidad, una finalidad necesaria que nos abre los ojos y aporta la energía necesaria para impulsar el motor del cambio social, pero que no debería llegar en ningún caso comprometer al mundo en que es alumbrada.

Sin embargo, la escasa dimensión práctica de la noción no debería ser excusa para frenar su curso. Estaría de acuerdo en relegarla del ámbito político por los peligros que podría suscitar en el seno de una sociedad huérfana de ideales razonables, pero bajo ningún concepto respaldaría las opiniones de quienes se han empeñado en hundirla con argumentos falaces y demagogias baratas.
Porque la utopía esta detrás de todo aquel que no se conforma con las injusticias, de todos los que se indignan cuando contemplan la represión de sus libertades y, en definitiva, detrás de todo ser humano consciente y comprometido con sus ideales, unos ideales en constante cambio, que deberían moverse, como la utopía, al mismo paso que avanza la humanidad.

Para comprender esto, no hay mas que echar una mirada atrás y tratar de imaginar que habría sido de nosotros si la utopía nunca hubiera existido. Si, por ejemplo, los revolucionarios franceses se hubieran conformado con el absolutismo monárquico y el liberalismo nunca hubiera llegado a extenderse o si la burguesía se hubiera rendido ante los privilegios nobiliarios y el capitalismo del que tanto nos quejamos ahora hubiera sido tan sólo un espejismo, oculto tras la rigidez del sistema feudal.
De haber sido así, de habernos quedado estancados en el conformismo y la comodidad, probablemente hoy no seriamos el pueblo crítico, libre y cívico (hablando, claro esta, en términos relativos, pues ni todo el mundo goza de nuestra situación, ni ésta es la más idónea para hablar de utopía), del que tanto nos enorgullecemos.

Así pues, parece obvio que la utopía es el único instrumento de la evolución social, una herramienta sin la cual difícilmente seriamos lo que somos, pero debo reiterar que no es ni mucho menos una arma inofensiva. Al igual que lo fue la dinamita en su día o la energía nuclear más tarde, su poder constructivo es colosal, pero la facilidad con que se vuelve en contra nuestra, provocando situaciones antes inimaginables, es sencillamente sorprendente.
Que decir, sin ir más lejos, del nazismo, que encontró en la utopía de una sociedad superior, la excusa necesaria para suprimir y apartar de su camino a los miles de ciudadanos que, simplemente, no eran lo que se esperaba de ellos. ¿A caso no era el "Mein Kampf" la justificación escrita de una utopía y el holocausto nazi un mal necesario para preservar la integridad de una sociedad perfecta?, Sería imposible rebatir estas cuestiones si considerásemos la viabilidad de la utopía en el terreno político, porque el mismo derecho tenia Hitler a poner en practica su proyecto político que, por ejemplo, Marx a llevar a la realidad su utopía socialista.

Empero, nos indignamos ante la primera afirmación porque nos parece obvio y acertado negarle el derecho a gobernar al ideólogo del mayor genocidio de la humanidad, mientras que respetamos la segunda porque nos parecen razonables algunos de sus principios. Probablemente, las distancias sean tan evidentes como parece, pero quizá, la única diferencia resida en hecho de que uno, desgraciadamente lo mostró y, el otro, nunca llegó a hacerlo. Estamos pues ante una de las más complejas cuestiones del pensamiento utópico: ¿Debemos consentir la instauración de la utopía política?

Mi respuesta, aunque no exenta de vacilaciones, es no. No, porque, como afirma Popper, se encuentra demasiado próxima al totalitarismo y un denominador común de todas sus variantes es la inmutabilidad de su estructura, la imposibilidad de cambiar los aspectos con que no estemos de acuerdo y, por consiguiente, de evolucionar. Popper se dio cuenta y tras exponer su teoría sobre el historicismo, explicó que la utopía implicaba la creación de una sociedad cerrada y con ella, de un totalitarismo.

Por todo esto no puedo apoyar la vertiente práctica de la utopía, pues considero una temeridad el hecho de involucrar a toda la ciudadanía en un proyecto político que impide los cambios sociales, por muy razonable e idílico que parezca.

Pero Popper era demasiado escéptico. La crueldad del mundo en que desarrolló su obra (primera mitad del s. XX), le hizo ver que la mejor postura ante el idealismo político era el realismo y la crítica de las justificaciones historicistas. Así se opuso a la utopía y se mostró reacio a consentir su ideología, pero a diferencia del realismo maquiavélico que ni siquiera se molestó en contemplar sus aportaciones en el terreno de la política, Popper sí se mostró más transigente con su voluntad reformadora.

Sin embargo, pese a las críticas, los continuos mazazos de la historia y los frecuentes desengaños sufridos, el pensamiento utópico nunca ha desaparecido de nuestras vidas, siempre ha estado junto a nosotros, caminando sereno y cuerdo, sin detenerse en los errores de sus mayores abanderados. Así, aunque a menudo se mantuviera oculta tras la censura o la temeridad, la utopía siempre ha vuelto para conducirnos hacia un mundo mejor. Resulta difícil saber porqué, pues lo más lógico habría sido morir en el intento.

Por ello, pienso que, si el pensamiento utópico sigue presente (y es evidente que sí) en la mente de la humanidad, es porque forma parte de ella. Es por tanto un elemento básico del progreso y su permanencia entre nosotros es, ha sido, y será siempre, el mejor aval de la evolución social. Así pues, cuando alguien se pregunte si la utopía dejará algún día de tener sentido, sólo debe pensar que ésta, es sencillamente un sueño, y como soñar es inevitable, también lo es especular entorno a un mundo mejor.

Así pues, por todo cuanto he expuesto en este escrito y todo aquello que aunque me hubiera gustado, me ha sido imposible mostrar, considero una obligación de todos el hecho de conservar y perpetuar el pensamiento utópico. No por su importancia en la dimensión real de nuestro mundo, sino, más que nada, porque cuando la voz de la palabra y el poder de las ideas sean el último recurso, la utopía será nuestra única arma para alentar de nuevo a los vencidos y cambiar el mundo que la vio nacer.

miércoles, 14 de abril de 2010

METODO DEL DERECHO

En la clase de hoy del Maestro Mario Alberto Alejo Pedraza, nos dejo de tarea una lectura de Agustín Gordillo del Método del Derecho durante la clase hicimos una buena ilación con la materia de teoría jurídica y este blog.

La lectura que nos dejo hablaba de la creatividad del derecho la cual debemos de tener al realizar escritos jurídicos y no jurídicos.

Al momento de comentar la lectura nos dimos cuenta que el autor tenía razón, porque al momento de escribir cualquier texto debemos hacer volar nuestra imaginación creadora.

Debemos de tomar en cuenta nuestra intuición, la cual nos llevara a un pensamiento creador y nos dará una idea nueva .

La idea de crear escritos es transmitir una emoción o sentimiento, podemos crear documentos inciertos y habrá veces que no nos convencerán nuestros escritos, sin embargo al final obtendremos un buen escrito.

Para hacer una buena creación es importante ponerle intensidad y minuciosidad al texto, para que junto con la imaginación se de una idea creadora e inspiradora al escribir textos.

Al terminar de analizar la lectura muchas personas comentaron del Blog que estamos haciendo en esta clase la cual hubo diversas opiniones al respecto.

Algunas personas comentaron que para ellos ha sido muy difícil escribir en el blog y que para ellos es mas fácil expresarse de manera hablada, y que no se les da escribir.

Otros cuantos comentaron que al principio les costos mucho trabajo escribir aunque fuera de cualquier cosa pero que poco a poco se les fue quitando el miedo y para ellos ha sido mas fácil comunicarse con los demás por medio de la escritura.

Y por supuesto hubo quien comento que no ha tenido mayor problema al escribir y que ha sido fácil expresarse de esta manera.

Todos llegamos a la conclusión de que a veces nos da miedo escribir por miedo a la critica de los demás, y que nos da miedo pensar y como decía la lectura tener una idea creadora, sin embargo todos pensamos que es un buen método para hacernos pensar y transmitir nuestras ideas a los demás.

Y que aunque a veces empezamos con un documento incierto, al final siempre hacemos un buen escrito ya que tratamos de hacer y plasmar nuestra idea creadora y se les recomendó a las personas que les esta costando trabajo escribir en los blogs de teoría jurídica, que agarran cualquier libreta y escribieran lo que fuera y poco a poco lo fueran perfeccionando y que sin darse cuenta ellos mismos posteriormente podrían escribir con mayor facilidad .

Yo me di cuenta que al momento de que empezamos con este proyecto de blog para mi fue muy difícil plasmar las ideas y que mi creatividad la verdad no era muy buena, me daba miedo escribir, conforme ha ido pasado el tiempo cada vez me cuesta menos trabajo hacerlo.

La verdad se me hace muy buena actividad esto porque es una manera de expresarnos y plasmar nuestras ideas a los demás, creo que siempre podemos tener miedo a lo que piensen los demás de lo que escribimos pero a lo mejor no nos damos cuenta que hay alguien mas del otro lado que puede pensar lo mismo que nosotros.

Les recomiendo que lean este libro que nos dejo el Maestro Pedraza, porque la verdad tiene mucha relación con este blog de Teoría Jurídica que nos dejo el Maestro Arce y que empecemos hacer escritos plasmando nuestras ideas e intuiciones no tengas miedo lo que piensen los demás al contrario que sirva para hacer trabajar nuestro cerebro y crear escritos extraordinarios sean jurídicos o no jurídicos.

domingo, 11 de abril de 2010

LA MASACRE DE COLUMBINE DIARIO LA VIVIMOS EN TODO EL MUNDO

Si la posesión de armas volviera a un país más seguro, Estados Unidos sería el país más seguro del mundo. Pero sucede justamente lo contrario.

Es punto clave en Masacre en Columbine, da pauta a un trabajo de investigación sobre la cultura del miedo en la nación norteamericana. A partir de un hecho trágico, la matanza en la escuela preparatoria de Columbine, en Littleton, Colorado, el 20 de abril de 1999, donde dos adolescentes dispararon sobre sus compañeros ocasionando varias víctimas.

En Masacre en Columbine, se asocia el tiroteo en Littleton con otros actos de violencia, desde el atentado en Oklahoma hasta el bombardeo de Kosovo ocurrido el mismo día de la matanza estudiantil, incluyendo, en una siniestra cronología, la lista de agresiones de Estados Unidos a naciones latinoamericanas y su apoyo a dictadores en diversas partes del mundo

Maneja su información de modo inteligente y con una explicacion de los hechos formidable.

Algunas secuencias de veracidad gana credibilidad por el contexto en que se presentan.

El documental no pretende llegar a conclusión alguna en su investigación sobre la violencia en Estados Unidos. Sólo plantea interrogantes: qué fin se persigue con la explotación por televisión de las paranoias colectivas? Con la legitimación audiovisual de la mentira? Por qué si una tasa de criminalidad se sitúa en 20 por ciento, su cobertura correspondiente se dispara hasta 600 por ciento? Por qué contrastan tanto los índices de agresiones criminales en Estados Unidos con los de otros países, en particular con Canadá?

Estas preguntas las refuerzan en las declaraciones del cantante de rock Marilyn Manson, humanista inesperado, y del actor Charlton Heston, presidente de la Asociación Nacional del Rifle y defensor convencido del derecho a la autodefensa ciudadana.

Una cultura del miedo fabrica chivos expiatorios para explicarse comódamente la violencia (el ciudadano negro, delincuente en potencia), y se estremece ante figuras "satánicas" como Manson, al que considera inspirador de la matanza, al tiempo que genera, desde los medios de comunicación, una espiral de recelo y paranoia.

Estos mismos medios (televisión y cine) para revertir de modo eficaz los mensajes y fomentar una resistencia ciudadana. No fue otra su actitud moral y su congruencia al denunciar las hoy comprobadas mentiras oficiales en torno de la agresión a Irak.

Masacre como la de columbine suceden todos los días como nuestro país un ejemplo muy claro es en Ciudad Juarez creo que influye mucho a lo que pasa alrededor de ese estado, ya que estando cerca de un pais donde adquirir un arma es lo más facil del mundo, además de ser el consumidor mas grande de drogas influye para que existe una masacre cada dia, pero porque no estamos haciendo nada para cambiar esto? Por eso diario y en particular en nuestro pais tenemos una Masacre en Columbine.

Les dejo un video un poquito diferente a lo que se explica dentro de la pelicula me gusto mucho este video tambien porque se hace hasta la reecontrución de lo que paso en aquella preparatoria y sirve de apoyo para complementar lo que se vio en la pelicula

GATTACA Y LA 6TA GENERACION DE DERECHOS

Esta semana vimos en clase las generaciones de derechos y vimos como van evolucionando y nos damos cuenta que en lugar de tener mas libertad la tenemos restringida pero con mas derechos.

Al ver la película Gattaca me recordó mucho lo visto en clase ya que esta nos hace ubicarnos en la última generación de derechos, así mismo nos hace pensar en el futuro con lo que pasara con los seres humanos y por supuesto mientras mas vaya pasando el tiempo mas generaciones de derechos habrá y por supuesto mas derechos tendremos.

La historia de “Gattaca” nos sitúa, con gran verosimilitud, en un futuro donde los niños son concebidos "in vitro" y con técnicas de selección genética para evitar que padezcan enfermedades o tengan defectos físicos (como, p. ej., la miopía) en el futuro. Una pareja, sin embargo, tuvo un hijo (Vincent) sin haberlo "perfeccionado" mediante manipulación genética.
Así, los médicos no pudieron impedir que, a lo largo de su vida, tuviera algunas deficiencias, enfermedades.

Entre otros, ese niño nació con un gravísimo "defecto": ser soñador y tener un corazón obstinado en perseguir sus sueños.

Vincent anhelaba ser astronauta, lo que requería tener unas condiciones físicas excelentes. Por ello, en la escuela de astronautas (llamada “Gattaca) sólo se admitían a las personas que habían sido manipuladas genéticamente y eran, por tanto, físicamente perfectas (eran las personas denominadas “válidas).

Debido a ello, y pese a todos sus esfuerzos, Vincent no era admitido en esa escuela, igual que en muchos otros trabajos. Sus defectos físicos eran detectados con un simple análisis de sangre o de orina. De tal suerte, tuvo que conformarse con ocupar empleos más adecuados para él, como el de limpiador.

Sin embargo, Vincent conoció a un chico de su edad y de aspecto físico similar, que era miembro de la escuela pero, por haber sufrido un accidente, había perdido una de sus piernas y ya no podía continuar en aquélla. Como no había informado a la escuela del desgraciado hecho, acordó con Vincent que le cedería su identidad para que se hiciera pasar por él y así pudiera entrar en la escuela.

A donde va el mundo esta película no esta tan alejada de la realidad estamos a un tiempo muy corto de que esto suceda la ciencia esta muy avanzada y a veces sobrepasa la realidad pero, para regularlo como mencione arriba necesitamos derechos puesto que esto en teoría es para beneficiar a la humanidad no para perjudicarla, pero mi pregunta seria estamos seguros que esto es lo que queremos? Creo que nosotros como seres humanos aunque si bien es cierto buscamos la perfección en nuestras vidas también es cierto que la estamos manipulando lo mas que podemos que tantos beneficios traerá hacer lo que pasa en la película gattaca y como mundo estamos preparados para vivir estas nuevas creaciones de las ciencias, creemos que con dotarlas de derechos vamos a estar bien pensemos….

jueves, 8 de abril de 2010

LIBERTAADD

La libertad social o civil, es decir, la naturaleza y los límites del poder que puede ejercer legítimamente la sociedad sobre el individuo, cuestión que rara vez ha sido planteada y casi nunca ha sido discutida en términos generales, pero influye profundamente en las controversias prácticas del siglo por su presencia latente, y que, según todas las probabilidades, muy pronto se hará reconocer como la cuestión vital del porvenir. Está tan lejos de ser nueva esta cuestión, que en cierto sentido ha dividido a la humanidad, casi desde las más remotas edades, pero en el estado de progreso en que los grupos más civilizados de la especie humana han entrado ahora, se presenta bajo nuevas condiciones y requiere ser tratada de manera diferente y más fundamental.

La lucha entre la libertad y la autoridad es el rasgo más saliente de esas partes de la Historia con las cuales llegamos antes a familiarizarnos, especialmente en las historias de Grecia, Roma e Inglaterra. Pero en la antigüedad esta disputa tenía lugar entre los súbditos o algunas clases de súbditos y el Gobierno. Se entendía por libertad la protección contra la tiranía de los gobiernos políticos. Se consideraba que éstos (salvo en algunos gobiernos democráticos de Grecia), se encontraban necesariamente en una posición antagónica a la del pueblo que gobernaban. El Gobierno estaba ejercido por un hombre, una tribu o una casta que derivaba su autoridad del derecho de sucesión o de conquista, que en ningún caso contaba con el asentamiento de los gobernadores y cuya supremacía los hombres no osaban, ni acaso tampoco deseaban, discutir, cualesquiera que fuesen las precauciones que tomaran contra su opresivo ejercicio. Se consideraba el poder de los gobernantes como necesario, pero también como altamente peligroso; como un arma que intentarían emplear tanto contra sus súbditos como contra los enemigos exteriores. Para impedir que los miembros más débiles de la comunidad fuesen devorados por los buitres, era indispensable que un animal de presa, más fuerte que los demás, estuviera encargado de contener a estos voraces animales. Pero como el rey de los buitres no estaría menos dispuesto que cualquiera de las arpías menores a devorar el rebaño, hacía falta estar constantemente a la defensiva contra su pico y sus garras. Por esto, el fin de los patriotas era fijar los límites del poder que al gobernante le estaba consentido ejercer sobre la comunidad, y esta limitación era lo que entendían por libertad. Se intentaba de dos maneras: primera, obteniendo el reconocimiento de ciertas inmunidades llamadas libertades o derechos políticos, que el Gobierno no podía infringir sin quebrantar sus deberes, y cuya infracción, de realizarse, llegaba a justificar una resistencia individual y hasta una rebelión general. Un segundo posterior expediente fue el establecimiento de frenos constitucionales, mediante los cuales el consentimiento de la comunidad o de un cierto cuerpo que se suponía el representante de sus intereses, era condición necesaria para algunos de los actos más importantes del poder gobernante. En la mayoría de los países de Europa, el Gobierno ha estado más o menos ligado a someterse a la primera de estas restricciones. No ocurrió lo mismo con la segunda; y el llegar a ella, o cuando se la había logrado ya hasta un cierto punto, el lograrla completamente fue en todos los países el principal objetivo de los amantes de la libertad. Mientras la humanidad estuvo satisfecha con combatir a un enemigo por otro y ser gobernada por un señor a condición de estar más o menos eficazmente garantizada contra su tiranía, las aspiraciones de los liberales pasaron más adelante.

Llegó un momento, sin embargo, en el progreso de los negocios humanos en el que los hombres cesaron de considerar como una necesidad natural el que sus gobernantes fuesen un poder independiente, con un interés opuesto al suyo. Les pareció mucho mejor que los diversos magistrados del Estado fuesen sus lugartenientes o delegado revocables a su gusto.

Pensaron que sólo así podrían tener completa seguridad de que no se abusaría jamás en su perjuicio de los poderes de gobierno. Gradualmente esta nueva necesidad de gobernantes electivos y temporales hizo el objeto principal de las reclamaciones del partido popular, en donde quiera que tal partido existió; y vino a reemplazar, en una considerable extensión, los esfuerzos procedentes para limitar el poder de los gobernantes. Como en esta lucha se trataba de hacer emanar el poder gobernante de la elección periódica de los gobernados, algunas personas comenzaron a pensar que se había atribuido una excesiva importancia a la idea de limitar el poder mismo. Esto (al parecer) fue un recurso contra los gobernantes cuyos intereses eran habitualmente opuestos a los del pueblo. Lo que ahora se exigía era que los gobernantes estuviesen identificados con el pueblo, que su interés y su voluntad fueran el interés y la voluntad de la nación. La nación no tendría necesidad de ser protegida contra su propia voluntad.
Hay un límite a la intervención legítima de la opinión colectiva en la independencia individual; encontrarle y defenderle contra toda invasión es tan indispensable a una buena condición de los asuntos humanos, como la protección contra el despotismo político.

Pero si esta proposición, en términos generales, es casi incontestable, la cuestión práctica de colocar el límite -como hacer el ajuste exacto entre la independencia individual y la intervención social- es un asunto en el que casi todo está por hacer. Todo lo que da algún valor a nuestra existencia, depende de la restricción impuesta a las acciones de los demás. Algunas reglas de conducta debe, pues, imponer, en primer lugar, la ley, y la opinión, después para muchas cosas a las cuales no puede alcanzar la acción de la ley. En determinarlo que deben ser estas reglas consiste la principal cuestión en los negocios humanos; pero si exceptuamos algunos de los casos más salientes, es aquella hacia cuya solución menos se ha progresado.

No hay dos siglos, ni escasamente dos países, que hayan llegado, respecto de esto, a la misma conclusión; y la conclusión de un siglo o de un país es causa de admiración para otro. Sin embargo, las personas de un siglo o país dado no sospechan que la cuestión sea más complicada de lo que sería si se tratase de un asunto sobre el cual la especie humana hubiera estado siempre de acuerdo. Las reglas que entre ellos prevalecen les parecen evidentes y justificadas por sí mismas.

Aquellos que en ideas y sentimientos estaban más adelantados que la sociedad, han dejado subsistir en principio, intacto, este estado de cosas, aunque se hayan podido encontrar en conflicto con ella en algunos de sus detalles. Se han preocupado más de saber qué es lo que a la sociedad debía agradar o no que de averiguar si sus preferencias o repugnancias debían o no ser ley para los individuos. Han preferido procurar el cambio de los sentimientos de la humanidad en aquello en que ellos mismos eran herejes, a hacer causa común con los herejes, en general, para la defensa de la libertad.

Este principio consiste en afirmar que el único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno cualquiera de sus miembros, es la propia protección.

Que la única finalidad por la cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro de una comunidad civilizada contra su voluntad, es evitar que perjudique a los demás. Su propio bien, físico o moral, no es justificación suficiente. Nadie puede ser obligado justificadamente a realizar o no realizar determinados actos, porque eso fuera mejor para él, porque le haría feliz, porque, en opinión de los demás, hacerlo sería más acertado o más justo.
Esta es, pues, la razón propia de la libertad humana. Comprende, primero, el dominio interno de la conciencia; exigiendo la libertad de conciencia en el más comprensivo de sus sentidos; la libertad de pensar y sentir; la más absoluta libertad de pensamiento y sentimiento sobre todas las materias, prácticas o especulativas, científicas, morales o teológicas. La libertad de expresar y publicar las opiniones puede parecer que cae bajo un principio diferente por pertenecer a esa parte de la conducta de un individuo que se relaciona con los demás; pero teniendo casi tanta importancia como la misma libertad de pensamiento y descansando en gran parte sobre las mismas razones, es prácticamente inseparable de ella. En segundo lugar, es prácticamente inseparable de ella. En segundo lugar, la libertad humana exige libertad en nuestros gustos y en la determinación de nuestros propios fines; libertad para trazar el plan de nuestra vida según nuestro propio carácter para obrar como queramos, sujetos a las consecuencias de nuestros actos, sin que nos lo impidan nuestros semejantes en tanto no les perjudiquemos, a un cuando ellos puedan pensar que nuestra conducta es loca, perversa o equivocada. En tercer lugar, de esta libertad de cada individuo se desprende la libertad, dentro de los mismos límites, de asociación entre individuos: libertad de reunirse para todos los fines que no sean perjudicar a los demás; y en el supuesto de que las personas que se asocian sean mayores de edad y no vayan forzadas ni engañadas.

Aparte de las opiniones peculiares de los pensadores individuales, hay también en el mundo una grande y creciente inclinación a extender indebidamente los poderes de la sociedad sobre el individuo, no sólo por la fuerza de la opinión, sino también por la de la legislación; y como la tendencia de todos los cambios que tienen lugar en el mundo es a fortalecer la sociedad y disminuir el poder del individuo, esta intromisión no es uno de los males que tiendan a desaparecer espontáneamente, sino que, por el contrario, se hará más y más formidable cada día. Esta disposición del hombre, sea como gobernante o como ciudadano, a imponer sus propias opiniones e inclinaciones como regla de conducta para los demás, está tan enérgicamente sostenida por algunos de los mejores y algunos de los peores sentimientos inherentes a la naturaleza humana que casi nunca se contiene si no es por falta de poder; y como el poder no declina, sino que crece, debemos esperar, a menos que se levante contra el mal una fuerte barrera de convicción moral, que en las presentes circunstancias del mundo hemos de verle aumentar.

Será conveniente para el argumento que en vez de entrar, desde luego, en la tesis general, nos limitemos en el primer momento a una sola rama de ella, respecto de la cual el principio aquí establecido es, si no completamente, por lo menos hasta un cierto punto, admitido por las opiniones corrientes.

Es es la libertad de pensamiento, de la cual es imposible separar la libertad conexa de hablar y escribir. Aunque estas libertades, en una considerable parte, integran la moralidad política de todos los países que profesan la tolerancia religiosa y las instituciones libres, los principios, tanto filosóficos como prácticos, en los cuales se apoyan, no son tan familiares a la opinión general ni tan completamente apreciados aún por muchos de los conductores de la opinión como podría esperarse.

Estos principios, rectamente entendidos, son aplicables con mucha mayor amplitud de la que exige un solo aspecto de la materia, y una consideración total de esta parte de la cuestión será la mejor introducción para lo que ha de seguir. Espero me perdonen aquellos que nada nuevo encuentren en lo que voy a decir, por aventurarme a discutir una vez más un asunto que con tanto frecuencia ha sido discutido desde hace siglos.

miércoles, 7 de abril de 2010

Viejas y nuevas generaciones de derechos humanos

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaba en París la Declaración Universal de Derechos Humanos. Con motivo del cincuentenario, la ONU ha declarado 1998 como Año de los derechos humanos. Pero, ¿en qué medida esta Declaración Universal ha influido en el mundo? En estos casi cincuenta años, ¿ha mejorado la situación de las personas?, ¿se respetan más los derechos humanos? En definitiva, ¿hay algo que celebrar?

Si nos fijamos en lo que aún falta por conseguir, hay motivos para la insatisfacción. Pero, echando la vista atrás, se advierten tres aspectos que inclinan un tanto la balanza del lado positivo: en primer lugar, se habla de los derechos humanos, y todo el mundo -o casi todo- sabe que los tiene y en qué consisten, más o menos. En segundo lugar, son un baremo con el cual se juzgan las actuaciones de los gobiernos: podría decirse que actualmente, al margen de excepciones más o menos habituales, puede considerarse el grado de respeto a los derechos humanos como un criterio de legitimidad del poder.

Y por último, y en un orden más jurídico, existen, ya sea en el ámbito de las Naciones Unidas o en determinadas organizaciones internacionales de carácter regional, unas instancias, comités, comisiones o incluso auténticos tribunales, a los que se puede acudir en espera de una satisfacción si se considera que ha sido violado alguno de estos derechos.

Lamentablemente, estos tres aspectos positivos no están exentos de abundantes excepciones que en determinados casos prácticamente los anulan.

De súbditos a personas

Para evaluar correctamente la Declaración Universal conviene primero repasar cómo ha sido la evolución del movimiento internacional de los derechos humanos desde aquel 1948, y qué papel han tenido las Naciones Unidas. En cuanto al concepto, definición y contenido, son fundamentalmente tres los hitos que marcan el rumbo de la protección internacional de los derechos humanos en este siglo.

En primer lugar se encuentra la adopción de la propia Declaración Universal en París en 1948, que supuso la primera internacionalización de los derechos humanos. Antes, éstos eran considerados como un asunto interno de los Estados. De hecho, la única actuación de un gobierno fuera de sus fronteras era la llamada protección diplomática, que se ejercía -y se ejerce todavía- en favor de uno de sus ciudadanos; pero no en cuanto persona digna, y como tal susceptible de protección ante los abusos de otro Estado, sino en cuanto súbdito del Estado protector, y siempre a discreción de éste. Después de la Segunda Guerra Mundial, con la constatación de los crímenes nazis, se empieza a considerar que por encima de la soberanía de los Estados debe prevalecer el respeto a la dignidad y los derechos de los hombres y mujeres.

De este modo, la gran novedad y el mérito de la Declaración de 1948 radica en reconocer "los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana" (Preámbulo), independientemente de su "origen nacional o social" (art. 2), de modo que compete a toda la comunidad internacional su protección. Esto mismo es, a la vez, la innovación fundamental del llamado Derecho Internacional contemporáneo respecto al clásico, que únicamente consideraba relaciones entre Estados soberanos, pero nunca derechos de las personas en cuanto tales.

Derechos indivisibles
El segundo de los hitos de ester medio siglo se sitúa en Teherán, en 1968, con la celebración de la primera Conferencia Internacional de Derechos Humanos. En ella se aprobó la llamada Proclamación de Teherán, que afirmó la indivisibilidad de todos esos derechos: "Puesto que los derechos humanos y las libertades fundamentales son indivisibles, la plena realización de los derechos civiles y políticos sin el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales es imposible"

La distinción se había formalizado dos años antes, en plena guerra fría, al adoptar las Naciones Unidas los Pactos Internacionales de Derechos Humanos: uno de derechos civiles y políticos, y otro de derechos económicos, sociales y culturales. Después de dieciséis años de negociaciones, no fue posible que los bloques se pusieran de acuerdo agrupando todos estos derechos en un solo documento internacional. En consecuencia, un Estado, en función de su orientación ideológica, podía -y todavía puede- comprometerse, por ejemplo, a respetar el derecho social de huelga pero no el derecho político de participación o la libertad de creencias, y viceversa. Así, mientras los Estados comunistas suscribían el pacto de derechos sociales pero no el de derechos civiles, algunos países occidentales hacían al revés. De ahí la insistencia de la Proclamación de Teherán en la indivisibilidad de los derechos humanos.

Los mismos para todos
La tercera y más reciente de las referencias es la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en junio de 1993. Después de arduos debates, se aprobó allí la denominada Declaración y Programa de Acción de Viena, donde la palabra clave fue universalidad, contra regionalismo o particularismo cultural. Los derechos humanos, afirma la Declaración de Viena, son los mismos -o deberían serlo- en todo el mundo y en todas las culturas, aun aceptando ciertas "particularidades nacionales y regionales", además de "diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos"

Desarrollando lo que se estableció veinticinco años antes en Teherán, la Declaración de Viena insistió también en la interdependencia de los derechos humanos en un doble sentido: ab intra, es decir, los derechos humanos son indivisibles; y ad extra, o sea, el respeto efectivo de los derechos humanos lleva a la salvaguarda de la democracia, el desarrollo socio-económico y la paz, y viceversa: democracia, desarrollo y paz abonan el terreno para que se respeten los derechos humanos.

Sistemas de protección
De otra parte, respecto a los medios de protección efectiva de los derechos humanos, los avances en el plano internacional han sido notables, por lo menos sobre el papel. Partiendo de una declaración de principios como la de 1948, sin ninguna exigibilidad jurídica, hemos pasado, por la misma práctica del Derecho Internacional contemporáneo, a considerar estos principios como normas de ius cogens, es decir, obligatorias por su misma naturaleza y sin necesidad de aceptación previa por parte de los Estados. Hoy en día ningún Estado justifica ante la comunidad internacional las violaciones que pueda cometer contra los derechos humanos de las personas que están bajo su jurisdicción, escudándose en que no firmó la Declaración Universal, o en que, habiéndolo hecho, ésta no le obliga por su naturaleza de mera declaración de principios.

Un salto cualitativo se produjo con la adopción en 1966 de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos. A diferencia de las declaraciones, estos Pactos tienen fuerza jurídica. Al ratificarlos, los Estados se obligan a respetar los derechos en ellos contenidos, con lo que presumiblemente aumentan las garantías para las personas titulares de esos derechos. Los Pactos establecen, además de la lista de derechos humanos, unas instituciones y unos mecanismos -como el Comité de Derechos Humanos- que, sin ser estrictamente judiciales, pueden ejercer un control independiente y una cierta presión política sobre las actividades de los Estados. A estas instituciones -como novedad en las Naciones Unidas- las personas individuales están legitimadas para acudir en contra de un Estado soberano.

En este mismo sentido, el más espectacular de todos, ha tenido lugar en el sistema de protección de los derechos humanos del Consejo de Europa. Cuando en noviembre de 1998 la reforma del Convenio Europeo de Derechos Humanos, las personas individuales, los grupos o las organizaciones no gubernamentales podrán acudir directamente al nuevo Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo -auténtico órgano judicial compuesto por magistrados y con capacidad de dictar sentencia- cuando consideren que un Estado miembro del Consejo de Europa ha violado alguno de sus derechos humanos. Hasta ahora, para que la demanda de un individuo pudiera llegar al Tribunal debía ser la Comisión Europea de Derechos Humanos -a punto de desaparecer- o un Estado miembro quien elevara el caso al Tribunal.

Inflación de derechos
La evolución en cuanto al contenido y la protección de los derechos humanos -lo que los especialistas llaman su progresividad- presenta, sin embargo, un aspecto discutido. Así se ve al examinar las nuevas generaciones de derechos humanos. Si los derechos civiles y políticos corresponden a la primera generación y los económicos, sociales y culturales a la segunda, actualmente se habla de una tercera generación de derechos, que comprende, entre otros muchos, el derecho al desarrollo, a la paz, a gozar de un medio ambiente sano, a la propiedad sobre el patrimonio cultural de la humanidad, a la protección de los datos personales almacenados en sistemas informáticos o los derechos de las generaciones futuras.

También se ha denominado este grupo de derechos como de solidaridad -en contraposición a los de libertad (primera generación) y a los de igualdad (segunda generación)-, porque responden a las nuevas necesidades e intereses que surgen de la sociedad internacional y su ejercicio requiere la conjunción de todos los actores de la vida social: individuos, Estados, entidades públicas y privadas, comunidad internacional, etc.

Los problemas surgen inevitablemente al intentar concretar quién es el titular, quién el obligado, cuál el objeto y cuál el fundamento en estos derechos. Para resolver esta serie de ambigüedades se presenta la noción de interés difuso que, aunque no pueda circunscribirse a un determinado individuo o grupo, afecta a todos por igual y de una forma difícil de concretar -el medio ambiente, la paz, el desarrollo, etc.-, sin disminuir por ello su exigibilidad como derecho. En este sentido, Karel Vasak, antiguo director de la División de Derechos Humanos de la UNESCO, y uno de los máximos promotores de estos derechos, ha llegado a presentar a las Naciones Unidas un proyecto de tercer Pacto Internacional sobre Derechos de Solidaridad, para completar los dos pactos de 1966.

Por el contrario, un amplio sector de la doctrina no comparte esta postura y, como el profesor argentino Carlos Massini (Universidad de Mendoza), acusa a estas tendencias de "inflacionarias" de los derechos humanos. Con esto se quiere prevenir contra el peligro de diluir demasiado la condición de expresión y garantía de la dignidad humana, que tienen los derechos humanos, y de hacer al mismo tiempo menos eficaz su protección. Lo que parece evidente es que -al menos por ahora- la justiciabilidad, es decir, la posibilidad de acudir a un tribunal en busca de una satisfacción cuando consideramos que uno de nuestros derechos humanos ha sido violado, no se puede ejercer de la misma forma cuando lo que está en juego es el derecho a la vida o la integridad física, que cuando no se dan condiciones satisfactorias de desarrollo o de paz mundial.

¿Hacen falta más declaraciones?

Se propone aún una cuarta generación de derechos humanos. En esta categoría se ha querido introducir pretensiones -más que derechos- de ciertos sectores o grupos sociales: "derechos reproductivos" -entre ellos el derecho al aborto libre y subsidiado por el Estado-, derechos de los homosexuales, etc. También se incluyen derechos de seres no humanos -de los animales, de la naturaleza...-, aunque en su misma denominación contradicen la definición de derechos humanos.

El consenso en contra de los derechos de cuarta generación es casi unánime entre los estudiosos. Sin embargo, existen movimientos a favor de que se los reconozca. Así se vio en conferencias de la ONU sobre la población (El Cairo, 1994) y sobre la mujer (Pekín, 1995), con respecto a los llamados "derechos reproductivos". Otra muestra es la tendencia a reclamar derechos humanos específicos para las minorías -desde los grupos étnicos o los niños, a las mujeres o los homosexuales-, aunque no casa bien con la universalidad proclamada en Viena.

En cualquier caso, el hecho de que haya ciertas condiciones imprescindibles para el desarrollo del ser humano, y evidentemente necesitadas de protección -como el medio ambiente o la paz-, no significa necesariamente que haya que incluirlas en la lista de derechos humanos. Varios de los llamados derechos de tercera o cuarta generación pueden ser reducidos a alguno de los contenidos en la Declaración Universal o en los Pactos Internacionales de la ONU, sin necesidad de crear nuevas declaraciones o convenciones internacionales.
Así ocurre, por ejemplo, con el derecho a la salud o la prohibición de la discriminación. Además, para proteger esos valores o necesidades humanas pueden existir otros medios más realistas y de más directa aplicación en la vida cotidiana. En fin, el peligro es que se desencadene un proceso inflacionario que acabe diluyendo los derechos humanos en un cóctel confuso, y haga más difícil protegerlos.

domingo, 4 de abril de 2010

LA LEY DE HERODES ASI O MAS REALISTA UN EJEMPLO JUANITO

O te chingas o te jodes, reza ese viejo dicho que desgraciadamente parece reinar en este país. Una comedia que retrata a pequeña escala lo que ocurre a lo grande.

Bien, una larga introducción para hablar de una película que hace hincapié en la realidad del manejo político que hasta hace una década o menos en México era de lo más común: el dedazo, compadrazgo, el nepotismo, en fin, la dádiva de puestos públicos que llegaban desde lo más alto a lo más bajo en la jerarquía institucional de gobierno.

La película plantea la realidad cíclica del gobierno del pueblo desde el principio, cuando el antiguo gobernante es persiguido, antorcha en mano, por el pueblo.

Y en el pueblo, que es una especie de universo en miniatura de las instituciones políticas que luchan por el poder, están el doctor -la élite-, el sacerdote -la iglesia-, un estadounidense -un gringo que representa a los Estados Unidos- y el pueblo -que es el pueblo en general-.

Digamos que la película queda como testimonio de una realidad que está terminando en México y que, de cualquier modo, se fue acabando desde la década pasada, cuando la sociedad civil y los partidos políticos encontraron que la pugna política y la democracia eran posibles.

Nos demuestra como el sistema político mexicano hace posible que personitas marginadas como el protagonista de la película, pueden realizar sus sueños de triunfo en un país como México. Siempre que la veo derrama una lagrimita feliz al final de la película, dándome cuenta a donde nos lleva nuestro sistema político mexicano.

Voy a poner un ejemplo tan real de la actualidad. Valdría la pena que críticos, aduladores, censores y fanáticos de Juanito, dedicaran una hora de su tiempo para ver “La Ley de Herodes”, paráfrasis del dicho mexicano “¡O te chingas o te jodes!”, que satiriza la política mexicana y a los políticos.

“La Ley de Herodes” es una película mexicana que debió exhibirse en 1998, pero que a causa de la censura del gobierno de Zedillo encontró problemas para su difusión. ¿Por qué? ¡Horror, pecado, sacrilegio!, porque hablaba del PRI como el partidazo corrupto, del PAN como partido de la doble moral y porque según las buenas conciencias de la época —hace apenas una década— ridiculizaba a los pobres y desposeídos al exhibirlos como víctimas del poder corruptor del PRI.

¡No lo van a creer!—los que no han visto la película y los que ya la olvidaron— pero el personaje central es un pepenador que vive de la venta de chácharas, llamado “Juan”, y que a la menor provocación para servir a su partido —el PRI—, responde convencido

“¡A quien hay que matar!”.

¡No lo van a creer, pero el político encumbrado que “palomea” al “Juanito” de la historia de “La Ley de Herodes”, se llama “el licenciado López”! Y ese “López” ordena buscar “al más pendejo”, para prestarle la alcaldía de “San Pedro de los Zaguaros”, ya que “sólo estará en el cargo dos o tres meses, mientras vienen las elecciones”.

¡No lo van a creer..!, pero ya como alcalde, el “Juanito” de la ficción llevada al cine abraza la Constitución, y empalagado por las voces amigas sueña “con ser senador, gobernador y… seguro algo más”. La fama, el poder y el dinero pierden a “Juanito”, lo convierten en criminal, ladrón y, claro, lo llevan a las alturas del poder en México.

Los críticos de cine nunca reseñan el final de una película. Pero en realidad la película del Juanito de Iztapalapa convertido en figura de la política nacional —de la pobre izquierda mexicana—. Y cuando vean “La Ley de Herodes”, sabrían hasta dónde hubiera llegado Juanito.

MEXICANISMO SIMBOLO DE IDENTIDAD





























La mexicanidad ha sido un concepto tocado por muchos pensadores, dichos pensadores se han lanzado a la búsqueda de la personalidad del mexicano, lo que ha sido un trabajo complejo.

Octavio Paz, en su libro laberinto de la soledad, ha propuesto ciertos rasgos que inundan a la personalidad mexicana. Sin embargo, algo en lo que coinciden muchos de estos pensadores es una “confusión” en la identidad del mexicano. La mexicanidad conlleva una representación del ser, involucra su pasado cultural y que se encuentra forcejeando con un presente que no puede construir.

Nuestra historia está enmarcada en muchos sucesos históricos que no hemos asimilado, elneofeudalismo porfirista, el positivismo lógico, el pensamiento de Caso y Vasconcelos durante la revolución, el juarismo, indicios de socialismo con Lázaro Cárdenas en una sociedad capitalista, todos estos sucesos forman parte de nuestra historia, sucesos que no alcanzamos a comprender del todo, y que son contradictorios entre sí.

La identidad como seres humanos, el hacernos conscientes del estamos aquí, nosotros mismos la construimos a partir de nuestro pasado. Nuestro pasado nos determina, nos crea. El hombre no está en la historia, es historia. En la actualidad vemos al mexicano ocultando una identidad que no comprende. La identidad del mexicano, al igual que la de otro ser humano en su realidad se alcanza con su representación del mundo para él mismo y para el otro. Tal parece que en la actualidad el mexicano sigue sin darse un lugar y un espacio en el mundo, lo que trae consigo una autoeliminación de su existencia. La identidad como mexicano se crea a partir de una historia cultural que el Estado nos impide heredar.

Hemos pasado por calendarios aztecas y de muchas otras culturas que hoy forman la nuestra, nuestra historia está llena de mitos y leyendas aún comentadas por nuestros ancianos, que tristemente se han ido extinguiendo poco a poco.

Es la débil herencia generacional de nuestras culturas. Podemos darnos cuenta de que la única forma en que podemos heredar el conocimiento de las generaciones antecesoras, es la herencia natural entre pueblos, familias, grupos.

Pero existe una forma un tanto más generalizada, que en la actualidad parece al contrario de fortalecer este trabajo histórico lo atenúa cada vez más. El Estado ha cohesionado nuestro derecho a conocer una historia verdadera de nuestro México, Es de suma importancia que intenten eliminar la Historia de México desde la Educación primaria, espero que en este punto, podamos ya vislumbrar la importancia que tiene conocer los orígenes de nuestro ser aquí, en el ahora.

Tras no comprender nuestro pasado, nuestra identidad como seres individuales y luego nuestra identidad como sociedad (mexicanos) no pueden ser definidas o completadas.

Aquellas protestas hacia el Estado que gobierna a México desde hace ya varios años, protestas que nadie más escucha, en ocasiones ni los mismos mexicanos por los que se lucha. Martha L. Arredondo menciona que la reforma funda a México negando su pasado. Rechaza la tradición y desea justificarse en el futuro. Esta protesta está bien basada en los años y años en que los mexicanos seguimos forjando un presente que no llega a fusionarse con ese pasado y ese futuro que aún no conocemos.

Para concluir e podemos aclarar que aunque ha sido un poco difícil conjuntar las teorías que parecían un tanto alejadas entre sí, tanto el estudio ontológico abarcado por Freud, Nieszche y Heidegger, quienes interpretaron lo simbólico de los actos del hombre. Y el estudio epistemológico por otra parte que como representantes tiene a Dilthey y Gadamer. Es necesario acercarnos a la teoría que Ricoeur expone con su tesis en Tiempo y Narración. Él opina que la narración construye la cultura por medio de la herencia lingüística, la historia que definirá una identidad personal y social a la vez.

En el mexicano, esta carencia de identidad es notable, según varios autores. Mi aportación es por lo tanto, impulsar a retomar nuestras historias, confusas y contradictorias para la formación de una historia única para el mexicano. Ya que historia significa un continuo de acción y de procesos que prosiguen a través del pasado, el presente y el futuro, un futuro que seguimos sin construir. Finalmente, hago notar la mala participación del estado en el fortalecimiento de la herencia de nuestra historia, y en su afán de borrar el atrás para enfocarse en el futuro como nueva raza mexicana, sin pensar que esta utopía es imposible de realizar.


El análisis de la historicidad del “ser ahí” trata de mostrar que este ente no es temporal por estar dentro de la historia sino que a la inversa, sólo existe y puede existir históricamente por ser emporal en el fondo de su ser. Hiedegger.

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA PARA QUE???














































El bicentenario de nuestra independencia. ¿Independencia de qué? ¿De quienes? ¿Se obtuvo en realidad?

El gobierno y las instituciones alardean y hacen bastante bulla sobre este suceso que marcó nuestra existencia institucional y soberana


Estas vacaciones de semana santa me fui a Guanajuato dado que cuento con casa allá y me di cuenta como se están preparando para nuestro bicentenario, asi que me dia la tarea de ir a museos y conocer mas de nuestra independencia, pero aunque nuestra historia es muy bonita y dije wow me encanta México me di cuenta que el bicentario va mas alla de una celebración de gritar ¡VIVA MEXICO el 15 de septiembre.


Este año habrá más de mil 700 actividades para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución mexicana, cuya inversión se ha calificado como un derroche.

Tan sólo el gobierno de Guanajuato destinará 2 mil millones de pesos para los festejos; el Distrito Federal ha gastado 90 millones de pesos en 22 meses, y la construcción del Arco Bicentenario costará 100 millones de pesos más.

El proyecto federal del Monumento del Bicentenario, que medirá 104 metros y se ubicará en el Bosque de Chapultepec, tendrá un costo de entre 180 y 200 millones de dólares, según el proyecto. EL UNIVERSAL publicó que en el portal oficial de Internet sobre el Bicentenario, el gobierno federal tiene el apartado "transparencia", en el que no hay ninguna referencia sobre el presupuesto ejercido.

Las organizaciones Un Techo para mi País y la Red Iberoamericana de Voluntariado Universitario para la Inclusión Social (REDIVU) convocaron a un foro de análisis y discusión en torno a la realidad del país, a 200 años de uno de los principales procesos históricos que le dieron forma a México.2010, ¿C1fras para celebrar? tuvo su primer evento en la Universidad Iberoamericana, con la participación del periodista Álvaro Delgado; el investigador Mauricio de María, y el subdirector de opinión de EL UNIVERSAL, Ricardo Raphael.

Delgado interpretó la situación mexicana como una involución social, en la que la democracia no se consolida y prevalecen políticas asistencialistas hacia la mayoría en pobreza, no de integración social eficaces.

Ricardo Raphael dijo que la indolencia que muestran los jóvenes, y la sociedad en general, es la que no permite lograr una lucha conjunta por la responsabilidad e inclusión social, por lo que continúa la desigualdad e injusticia social.

De María instó a los jóvenes a ser propositivos para transformar la realidad social.

Aqui encontre una noticia buena espero que le llame al atención:

Pérez Reverte: el Bicentenario deberían conmemorarlo con misa fúnebre

El escritor Arturo Pérez Reverte considera que el Bicentenario no se debería celebrar y que la Independencia de México fue "un gran fraude del que fueron víctimas las clases más desfavorecidas".

"Cuando hablan de celebrar el Bicentenario yo creo que más que celebrar deberían conmemorarlo con una misa fúnebre, porque en estos 200 años murieron muchas esperanzas de libertad, de progreso y de justicia", aseguró.

En realidad, dijo, lo que se está conmemorando es la independencia de una clase poderosa económica que no ha soltado el poder en 200 años, y nada más.

"Si no, vete a dar una vuelta por cualquier barrio de México, por cualquier campo de Perú o por la Pampa y verás que la miseria, el hambre y la incultura siguen siendo las mismas", comenta el escritor.

El escritor hizo estas declaraciones en un encuentro con corresponsales de medios latinoamericanos con motivo de la publicación de su novela "El asedio", que transcurre en el Cádiz (ciudad del sur de España) de 1811 y 1812, cuando estaba sitiada por las tropas napoleónicas.

"La revolución liberal de Cádiz se hizo sin el pueblo. Es una revolución hecha por abogados, por clérigos ilustrados, por militares y por aristócratas", aseguró.

"El pueblo fue el pretexto, el gran argumento que utilizaron unos y otros para imponer sus tesis políticas, pero siempre estuvo lejos de eso. Y en América pasó lo mismo", añadió.

"La independencia la hicieron unas clases ilustradas, criollas, mestizas, de españoles afincados ahí que decidieron con todo el derecho y la legitimidad del mundo que ya estaba bien de depender de dos impuestos, de las normas y las rigideces impuestas por un sistema económico anquilosado y anticuado, que era el que le imponían desde España.Pero el pueblo estuvo al margen", explicó.

En su opinión, "durante 200 años el pueblo no ha ganado nada con la independencia. Los que han ganado son las clases dirigentes, que estaban antes con los españoles y que están ahora sin los españoles. Pero son las mismas".

Pérez Reverte reconoció que además de ser su novela más extensa (700 páginas) es la "más compleja y ambiciosa", y en ella están todos los géneros. "Es una novela de amor, aventuras, bélica, romántica y científica, en la que hay intriga y suspenso", apuntó.

Durante los dos años que ha tardado en escribirla el periodista y académico ha buceado en Cádiz, una ciudad que en 1811 Y 1812 reunió a una elite política "culta" que llevó a cabo "nuestra revolución francesa" y que intentó construir "la España que hubiéramos deseado", apuntó.

Una clase política que, en su opinión, nada tiene que ver con "el evidente analfabetismo" que existe ahora entre los políticos españoles y latinoamericanos.

"Los políticos son incultos, superficiales y la mayoría no han leído un libro. Tanto en España como en América el político debería tener una formación superior que le permita guiar el país con profundidad. Pero te encuentras con auténticos analfabetos y bestias incultas", denunció

Se que muchas personas no estan de acuerdo con nuestra celebración del Bicentenario pero creo que no solo le deberiamos de señalar al gobierno como culpables si nosotros que hemos hecho en 200 años de independencia, de verdad somos buenos mexicanos?? O más bien dira lo que importa es la fiesta y todo lo que se va invertir para que salga todo muy bonito lo demas pues ni me viene ni me va yo solito no voy a cambiar un país pero gracias a estos comentarios México sigue igual y seguira asi, mejor ni nos quejemos y sigamos de brazos cruzados no creen?