domingo, 4 de abril de 2010

LA LEY DE HERODES ASI O MAS REALISTA UN EJEMPLO JUANITO

O te chingas o te jodes, reza ese viejo dicho que desgraciadamente parece reinar en este país. Una comedia que retrata a pequeña escala lo que ocurre a lo grande.

Bien, una larga introducción para hablar de una película que hace hincapié en la realidad del manejo político que hasta hace una década o menos en México era de lo más común: el dedazo, compadrazgo, el nepotismo, en fin, la dádiva de puestos públicos que llegaban desde lo más alto a lo más bajo en la jerarquía institucional de gobierno.

La película plantea la realidad cíclica del gobierno del pueblo desde el principio, cuando el antiguo gobernante es persiguido, antorcha en mano, por el pueblo.

Y en el pueblo, que es una especie de universo en miniatura de las instituciones políticas que luchan por el poder, están el doctor -la élite-, el sacerdote -la iglesia-, un estadounidense -un gringo que representa a los Estados Unidos- y el pueblo -que es el pueblo en general-.

Digamos que la película queda como testimonio de una realidad que está terminando en México y que, de cualquier modo, se fue acabando desde la década pasada, cuando la sociedad civil y los partidos políticos encontraron que la pugna política y la democracia eran posibles.

Nos demuestra como el sistema político mexicano hace posible que personitas marginadas como el protagonista de la película, pueden realizar sus sueños de triunfo en un país como México. Siempre que la veo derrama una lagrimita feliz al final de la película, dándome cuenta a donde nos lleva nuestro sistema político mexicano.

Voy a poner un ejemplo tan real de la actualidad. Valdría la pena que críticos, aduladores, censores y fanáticos de Juanito, dedicaran una hora de su tiempo para ver “La Ley de Herodes”, paráfrasis del dicho mexicano “¡O te chingas o te jodes!”, que satiriza la política mexicana y a los políticos.

“La Ley de Herodes” es una película mexicana que debió exhibirse en 1998, pero que a causa de la censura del gobierno de Zedillo encontró problemas para su difusión. ¿Por qué? ¡Horror, pecado, sacrilegio!, porque hablaba del PRI como el partidazo corrupto, del PAN como partido de la doble moral y porque según las buenas conciencias de la época —hace apenas una década— ridiculizaba a los pobres y desposeídos al exhibirlos como víctimas del poder corruptor del PRI.

¡No lo van a creer!—los que no han visto la película y los que ya la olvidaron— pero el personaje central es un pepenador que vive de la venta de chácharas, llamado “Juan”, y que a la menor provocación para servir a su partido —el PRI—, responde convencido

“¡A quien hay que matar!”.

¡No lo van a creer, pero el político encumbrado que “palomea” al “Juanito” de la historia de “La Ley de Herodes”, se llama “el licenciado López”! Y ese “López” ordena buscar “al más pendejo”, para prestarle la alcaldía de “San Pedro de los Zaguaros”, ya que “sólo estará en el cargo dos o tres meses, mientras vienen las elecciones”.

¡No lo van a creer..!, pero ya como alcalde, el “Juanito” de la ficción llevada al cine abraza la Constitución, y empalagado por las voces amigas sueña “con ser senador, gobernador y… seguro algo más”. La fama, el poder y el dinero pierden a “Juanito”, lo convierten en criminal, ladrón y, claro, lo llevan a las alturas del poder en México.

Los críticos de cine nunca reseñan el final de una película. Pero en realidad la película del Juanito de Iztapalapa convertido en figura de la política nacional —de la pobre izquierda mexicana—. Y cuando vean “La Ley de Herodes”, sabrían hasta dónde hubiera llegado Juanito.

1 comentario:

  1. Desafortunadamente mucho está politizado, casi todo es político, y lo jurídico dónde queda, del Estado de Derecho, ni hablar, qué pena que estemos en esta situación pero es nuestra realidad, donde cada uno jala agua para su molino, hacen falta verdaderos ideales, porque necesidades existen, pero convicciones la verdad lo dudo, cada uno desde nuestro lugar, sea por comodidad o por impotencia sólo hacemos mas que observar y en caunto podemos, si es que concientizamos la situación, reaccionamos según nuestras fuerzas, aunque sea con un grano de arena para no empeorar más de lo que ya estamos, o ¿tú qué opinas?

    ResponderEliminar